18 agosto 2005


La posibilidad de improvisar siempre ha estado abierta pero apenas se ha utilizado en el sentido literal de la palabra. Los diálogos se han respetado y los cambios siempre se han debatido antes de introducirlos. Todos se han sentido más cómodos en un territorio conocido y acotado que adentrándose en caminos inciertos.
La libertad sí ha sido aprovechada a la hora de abordar las secuencias y enfocar los personajes. Se ha modificado el desarrollo de las acciones y lo que sucedía en la sala ha terminado en la cocina, los movimientos de los actores han nacido de sus necesidades reales para vivir una determinada situación y no de las necesidades técnicas para conseguir un determinado efecto o encuadre. Todos hemos disfrutado de esta forma de rodar. De una toma a otra aparecían elementos nuevos e imprevistos que con un poco de suerte eran atrapados por la cámara.
Provocar el caos para que Guillermo y Mike pesquen en el río revuelto.

Antonio Chavarrías

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